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Elegancia empresarial. La buena educación.

Llámenme antigua o romántica, pero echo de menos las buenas formas, la amabilidad y la cortesía.


¿Recuerdan el experimento que Victor Küppers llevaba a cabo con su hijo en un ascensor del Corte Inglés? "A ver hijo…cuantas personas nos saludan…" bien, pues emulando a mi admirado Küppers, es un experimento que, con mi señora madre, con 89 años y cómplice de muchos de mis artículos, ponemos a la práctica en nuestra compra mensual en el supermercado. "A ver cuantas de las personas que se cruzan con nosotras en el pasillo estrecho que lleva a la salida, nos miran y emiten un saludo, a ver cuántas de las que suben con nosotras un piso del parking al supermercado, emiten un saludo…" Increíble, se sorprenderían. La estadística nos dice: “recuperar las formas es urgente.”


Pero mi reflexión se centra en el entorno profesional. ¿Son las prisas o son los nuevos canales lo que ha influido en que se perdieran las buenas formas? Mi enfoque, en esta ocasión, sobre la buena educación y su relación con la elegancia empresarial está vinculado a la comunicación adecuada y a la etiqueta profesional, independientemente del lugar que se ocupa en el organigrama.


La amabilidad y la cortesía, es una competencia clave y una extensión del autoliderazgo, del liderazgo y de la marca personal. Cómo represento a mi empresa y muy especialmente cómo me represento como profesional.


Trasladar la buena educación al contexto profesional, cobra especial relevancia, ya que nuestro comportamiento tiene un impacto directo en cómo se proyecta y percibe la organización en su conjunto. En ese sentido, un equipo que cuida sus formas y tiene presente la amabilidad, la cortesía, el respeto mutuo, la humildad y la paciencia en las interacciones personales y profesionales, proyecta un mensaje subliminal: es un equipo eficiente y cohesionado. Proyecta confiança y seguridad ¿No les parece?


Existen no pocos actos relacionados con la comunicación adecuada y la etiqueta empresarial en nuestro día a día. Puede que las prisas influyan, pero no lo suficiente como para recuperar o poner en práctica aquellos detalles que marcan la diferencia.


Todos podemos conectar con situaciones varias y que parecen banales, pero nuestras acciones hablan más de nosotros mismos que nuestras palabras.


¿Cómo comunicamos verbalmente? o cómo no comunicamos, el silencio también es una forma de comunicación, y no lo digo yo, lo dice el padre de la teoría de la comunicación humana, Paul Watzlawick, al que he hecho referencia en más de un artículo. ¿Cómo nos comunicamos por escrito? La interacción del día a día hablada o escrita va dejando pistas también de nuestra profesionalidad.


Las pequeñas acciones son las que marcan la diferencia, la cortesía y la buena educación deberían ponerse de moda, deberían formar parte de las competencias clave, de las habilidades blandas “las soft skills”, que por otro lado son las más aplicables a cualquier ámbito profesional. Es lo que marca la diferencia entre ejecutar correctamente y destacar. No se ustedes, pero a mi me gusta interaccionar y muy especialmente trabajar con personas amables, quizás porque mi predominante en los test de comportamiento o conducta es un claro: “orientación a personas”, también a resultados, por supuesto. Para mi la interacción es crucial. En mi caso, tengo que reconocer, me fideliza la persona más que el producto o el servicio en cuestión.

 

 Comunicación verbal y escrita: fondo “contenido” y forma “presentación.”


En una organización, la forma en que cada persona que forma parte del equipo humano interacciona entre si (colegas, mandos intermedios, directivos…)  y con el resto de los grupos de interés (clientes, proveedores…) también habla de la cultura corporativa. Una cultura organizacional que valora y promueve la educación, cortesía y una cuidada comunicación enriquece relaciones y se convierte en una ventaja competitiva.


En relación a la comunicación verbal, daría para otro artículo, pero simplemente con poner en práctica la escucha activa plena, no interrumpir y respetar los turnos de palabra, y por supuesto el uso de un lenguaje asertivo, aprender a argumentar desde el respeto. "Difícil es decir cuánto concilia los ánimos humanos la cortesía y la afabilidad al hablar." Marco Tulio Cicerón.


Si reflexionamos sobre la comunicación escrita, no podemos obviar los correos electrónicos que han pasado de herramienta a tarea…pero no debemos olvidar que es uno de los canales más utilizados en el entorno empresarial por lo que, un correo sin respuesta o con un tono inadecuado puede ser y es una fuente de conflictos.


También otros canales: WhatsApp, Telegram…Si sientes enfado o tensión, espera a escribir, o deja ese correo o ese mensaje sin enviar, léelo más tarde, seguro que cambias alguna frase o incluso lo vuelves a redactar. Ponle tono.


Del mismo modo, responder mensajes escritos en horarios inconvenientes también muestra falta de consideración. Programar un correo electrónico es una opción que nos facilita la tecnología. En cuanto a la forma, podemos redactar correos concisos, estructurados y con el tono adecuado para mejorar la comunicación y respetar el tiempo y las necesidades o biorritmos de los demás.


Sensibilidad, empatía e intención


También en situaciones especiales podemos demostrar nuestra marca personal. Todos seguramente recordemos situaciones en los que miembros del equipo, sin importar su posición, dejan de formar parte de la organización por diversos motivos (jubilación, un cambio de rumbo, la finalización de un contrato laboral…) No responder a una carta de despedida o no dedicar unas palabras a colegas que dejan de formar parte del grupo refleja aspectos de nuestra propia naturaleza.


Yo soy así


Reflexión extra destinada a está mítica afirmación, lejos de demostrar determinación y seguridad, puede estar relacionada con una evitación al cambio o a la adaptación. En el ámbito profesional, el autoconocimiento, la autodisciplina, la flexibilidad y el crecimiento personal son claves. Una mentalidad muy rígida puede suponer un obstáculo. Una comunicación clara, asertiva y determinada si está acompañada de las formas correctas, pueden ser un buen indicador de respeto hacia los demás y hacia uno mismo y reflejan un alto nivel de profesionalidad, si por el contrario confundimos dirección y determinación con brusquedad, ahí no es.


Finalizar esta larga reflexión, como ven no pasaré a la historia como “Olga la breve”, quizás podríamos iniciar pequeñas acciones para contagiar al resto. "La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo." – Nelson Mandela

 
 
 

1 Comment


lydiaperez0505
Oct 13, 2024

Querida profe,

Una reflexión de 10 como todas las tuyas!!

Un beso enorme desde Girona !!


Lydia P.

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